Al comenzar mi segundo año en la escuela de arquitectura se presentó el reto de crear un espacio, con el fin de servir como lugar de aseo y reposo en un área de acampar en lo alto de una montaña. En el transcurso de explorar diferentes formas y materialidades culminé con una forma simple, buscando evitar ángulos agudos que complicaran el recorrido del espacio. La manera en la que trabajé con las materialidades indica la división que existe entre las dependencias. Creando armonía entre los materiales dentro de una misma figura brindando conexión entre ambas dependencias que a su vez representan libertad evitando ser espacios cerrados.
Existe una belleza en la simplicidad de las figuras geométricas tradicionales que me gustaría explorar a fondo. Aplicando técnicas como la repetición y deformación evitando encerrarme en lo básico pero aprovechando su existencia. La arquitectura inicialmente se compone de formas geométricas tradicionales repensadas de una manera diferente a la inicial, ese es el fundamento de todo. Replantear lo existente como manera de actualizar nuestro entorno sin alejarlo de lo funcional.
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